Música, deportes y emprendimientos

“Sports after” by kimayoi72
Por qué hacer deporte y estudiar música sirve a la hora de emprender.
Un emprendedor es una suma de cosas: experiencia, conocimientos, relaciones, etc. Todas y cada una de las cosas que conforman tu existencia tienen injerencia en el resultado de tus emprendimientos. Por emprender me refiero a cualquier actividad que requiera crear, imaginar, ponerte en movimiento, generar, aprender, etc. Todo en la vida es un emprendimiento: planear un viaje con amigos, decidir estudiar una carrera universitaria, escribir un libro, plantar un árbol, entre otras cosas. Por supuesto; crear una startup también lo es.
Ahora bien. ¿Qué es lo que hacen a esas cosas un “emprendimiento”? En mi opinión es que en un emprendimiento el camino (o ejecución) es mucho más duro que la toma de la decisión (o idea). ¿Nunca te pasó que dijiste “voy a hacer tal cosa” y nunca lo hiciste? El ejemplo típico: “El lunes arranco el gimnasio (o la dieta, o a estudiar análisis, o visitar clientes, etc…)”.
La realidad es que es fácil tomar esas decisiones. Solo se requieren unas copas de más, un video motivador de Ted o una charla fervorosa y ya nos embarcamos en los proyectos más incoherentes que podamos concebir. Las promesas vuelan a medida que el juicio disminuye (cualquiera sea la causa) y en esa algarabía de garantías y compromisos a futuro terminamos perdiendo el rumbo.
Yo me considero a mí mismo un emprendedor. No solo por las startups que ayudo a crear, sino porque identifico la naturaleza del emprendimiento en cada una de las cosas que tengo que realizar en mi vida. Por más mínima que sea la tarea, siempre involucra indefectiblemente alguna toma de decisión, una valoración, un juicio de pros y contras (como mínimo). Y después de eso viene la parte más complicada: la ejecución. La ejecución de un emprendimiento es sin lugar a dudas la parte más complicada.
¿Por qué es la parte más complicada? Porque requiere:
- Determinación
- Visión
- Constancia
- Liderazgo
- Auto control y auto mesura
- y mucho más…
Y estas cosas, amigo mío, nos esquivan como seres humanos.
Nuestra realidad como seres humanos
La verdad es que como seres humanos las características mencionadas anteriormente nos esquivan. En resumidas cuentas somos un animal vago y ocioso. Suena fuerte, pero así lo es, la “procrastinación” está a la orden del día, las interrupciones son constantes al igual que las dispersiones. Es difícil formar la constancia y temple necesario para llevar a cabo nuestras promesas y responsabilidades. Nuestra naturaleza inmediata, ese código con el que estamos configurados desde el nacer nos llevan hacia las veleidades propias de nuestro ser, que son el placer, el ocio, la procrastinación, etc. La buena noticia es que es posible formar el temple de cada uno, es posible entrenarlo y mejorarlo. ¿Y cómo lo podemos lograr? Sencillo: combatiéndolo a cada momento. En nuestra vida nos entreveramos en una lucha constante con nuestro ser interior; cada momento en que nuestro “yo” racional desea hacer “lo que se debe/o lo que es necesario” (es decir, las responsabilidades) y nuestro “yo” primitivo trata de desestimarlo para arrojarse a los placeres banales de la vida. Por ejemplo: uno puede tener la responsabilidad de sentarse a estudiar para preparar un final, pero el deseo interno es hacer otra cosa: dormir, comer, pasear, etc. (y muchas veces terminamos perdiendo!). La solución viene de parte del entrenamiento constante y la repetición: tratar de ganar esa lucha de “lo que se debe” contra “lo que se quiere”.
En este aspecto la música y el deporte son fundamentales. La música y el deporte requieren de mucha perseverancia y nos ayudan a entrenar el carácter necesario para triunfar en otros aspectos de nuestra vida. El deporte (practicado seriamente) requiere que uno entrene periódicamente, que cuide su alimentación y sus horas de sueño y otros aspectos. La música requiere repetición y paciencia; los resultados se ven a muy largo plazo y se va mejorando muy lentamente. Voy a dar un par de ejemplos para que se vea:
- En una noche de pleno invierno con el termómetro marcando contados grados bajo cero lo más probable es que no tengas ganas de ir a entrenar, que prefieras quedarte mirando TV. Ahora, si no estás dispuesto a sacrificarte y correr bajo la helada con tus compañeros por un bien común al cual VOS TE COMPROMETISTE, ¿cómo esperás ir a visitar a esos clientes que te propusiste?
- Si no estás dispuesto a repetir una y otra vez la escala pentatónica de La menor porque “hay otras cosas más importantes/interesantes que hacer”, ¿cómo pensás que podés llegar a llamar a ese proveedor que te debe tal o cuál insumo incansablemente hasta conseguir lo que necesitás?
Bittersweet: el dulce amargor de la derrota
Al igual que una fuga Bachiana saber manejar el éxito y el fracaso es primordial a la hora de emprender. Un emprendedor es una sucesión de fracasos de los cuales pudo aprender, mejorar y hacerse más fuerte.
“El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desanimarse” —Winston Churchill
Es importante saber manejar las derrotas para que no nos tiren abajo, para que no nos desanimen y no nos hagan perder todo lo cosechado hasta el momento. Yo tengo la experiencia de haber fracasado en múltiples emprendimientos y de haber enterrado empresas; es verdaderamente horrible. La sensación de fracasar y de decepcionar gente cercana es algo que no le recomiendo a nadie. Tranquilamente un fracaso en tu startup puede dejarte afuera del juego para siempre, sentado en la administración pública sellando papeles por el resto de tu vida. Saber manejar esa sensación de fracaso, aprender de ella y sopreponerse es fundamental para cualquier emprendedor porque la realidad indica que no va a ser la última vez que falles. ¿Cómo se aprende a sobrellevar el fracaso? Lamentablemente la única forma que hay es fracasando. Es decir que uno tiene que pararse en el abismo y vivir un fracaso tras otro para aprender recobrarse de las pérdidas, pero con la salvedad que cualquiera de esos fracasos intermedios pueden marcarte para toda la vida.
El deporte es especialmente útil para formar este aspecto del carácter de una persona. El deporte está íntimamente ligado al fracaso: todos hemos perdido algún partido (carrera, competencia, etc) alguna vez. Uno se prepara toda la semana para combatir en esos 80/90 minutos (o los que sean) y salir airoso, pero la realidad es que no siempre es así. Salvo casos excepcionales, todos los deportistas tienen una tasa de partidos ganados/perdidos equilibrada; yo en mi vida estoy seguro que he perdido más partidos de los que he ganado (soy horrible, lo sé). Pero lo bueno es que cada sábado/domingo que me tocó perder me dio la posibilidad de aprender a sobreponerme a eso y estar el lunes entrenando nuevamente.
En resumen: el deporte te brinda un ambiente controlado para fracasar y aprender a sobreponerte, sin que ese fracaso sea determinante para el resto de tus emprendimientos.
En resumen la música y el deporte ayudan a formar dos aspectos fundamentales de la vida de cualquier emprendedor: la constancia y perseverancia y la habilidad de sobreponerse al fracaso.
Si estás buscando emprender, o simplemente querés mejorar un poco tu calidad de vida, te recomiendo la práctica del deporte y el estudio de la música, cualquiera sea la disciplina o instrumento. Vas a ver que el crecimiento personal es real.
Fotografía: “Sports after” by kimayoi72.
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